Según los datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), cada seis minutos se produce un ictus en España. Esta enfermedad cerebrovascular representa la segunda causa de muerte y la primera de invalidez en los adultos, puesto que la mayoría de los pacientes sufren secuelas que, en el 40 por ciento de los casos, los inhabilitan para realizar actividades cotidianas.
¿Es posible que un paciente que ha sufrido un ICTUS pueda volver a llevar una vida normal?
Mediante una rehabilitación temprana y exhaustiva mejora la recuperación de esta patología.
El primer paso es iniciar el tratamiento en el tiempo adecuado, una vez que el paciente está médicamente estabilizado, cuando la tensión arterial y la glucosa están controlados y no hay riesgo de crisis epilépticas.
Para que el tratamiento sea lo más eficaz para el paciente, es aconsejable dedicar tres horas al día. En ese tiempo se deben cubrir las necesidades del enfermo y tratar todos los aspectos que necesite.
Para que el tratamiento sea completo deberá estar guiado por un equipo multidisciplinar. Ese equipo deberá constar de médicos, logopedas, fisioterapeutas y cualquier especialista que los pacientes necesiten, que atiendan los aspectos motores, los relacionados con el habla, los trastornos visuales, las actividades de la vida diaria y las secuelas incapacitantes, como la espasticidad. Debe ser un tratamiento individualizado y realizado por profesionales con experiencia en neurorehabilitación.
¿Cuál es la función del logopeda tras un ICTUS?
Cuando el daño cerebral daña algunas de las áreas que intervienen en la elaboración del lenguaje se produce un cuadro de «afasia», donde el habla, el lenguaje y la deglución pueden verse afectadas.
Una vez que el paciente es evaluado y diagnosticado debe iniciarse, con la mayor rapidez posible, la fase de rehabilitación logopédica que debe tener dos objetivos prioritarios:
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Activar las funciones neuro-psico-lingüísticas del paciente.
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Proporcionarle la ayuda necesaria para que sea capaz de enfrentarse a su nueva situación.
Es importantísimo que la rehabilitación se inicie lo antes posible ya que, el organismo tiene mecanismos para que cualquier daño ocurrido en nuestro cuerpo se recupere lo antes posible, por lo que cuanto antes se inicie la terapia más rápida será la recuperación.
La terapia ayuda a reducir la angustia del paciente al no poder comunicarse. Esta angustia se suele encontrar de forma más acusada en la fase inicial, donde solemos encontrar afasias agudas. Luego se van recuperando funciones y tendríamos que diagnosticar qué tipo de alteraciones del lenguaje sufre el paciente y rehabilitarlas de forma concreta.
En un principio, la pérdida de las funciones comunicativas es más generalizada, después, el daño se va localizando pudiendo detectar alteraciones concretas. A partir de ahí se determina qué tipo de afasia sufre el paciente. Una vez realizada la evaluación, se diseña un plan de tratamiento individualizado dependiendo de los resultados obtenidos. Los objetivos y actividades se irán modificando en función de los avances que se van logrando.
Nuestro objetivo final como logopedas es establecer un modo de comunicación lo más inmediato y eficaz posible entre el paciente y su entorno. Es muy importante «instruir» a los familiares y entorno cercano al paciente para poder trabajar de forma continuada en casa y no solo cuando el paciente esté en consulta. La colaboración y la actitud de la familia frente al paciente son primordiales para la mejoría de sus síntomas.
A pesar de ser complicado volver a alcanzar el nivel de eficiencia comunicativa que tenía el paciente antes de sufrir el ictus, con trabajo continuo y en un largo periodo de tiempo el paciente puede alcanzar una buena comunicación.