En las personas normoyentes, las ondas sonoras atraviesan el oído externo llegando al tímpano y produciendo una vibración de la membrana timpánica. Esta vibración provoca un movimiento de la cadena de huesecillos (martillo, yunque y estribo) que transfiere la energía al oído interno. Los líquidos del oído interno entran en movimiento y las células ciliadas transforman estas vibraciones en impulsos eléctricos que se transmiten al cerebro mediante las fibras nerviosas auditivas.
En las sorderas profundas (pérdidas de más de 90 db), hay una destrucción de las células ciliadas, por lo que, el implante coclear hace la función de dichas células enviando la señal eléctrica al cerebro.
Por tanto, el implante coclear es un aparato capaz de crear señales electroacústicas a través de unos electrodos que se colocan dentro de la cóclea y que estimulan el nervio auditivo que llega al cerebro.
La diferencia del implante coclear frente a otras ayudas técnicas como los audífonos, es que no es un amplificador, si no que crea señales auditivas. Sin embargo, la audición que se consigue con el implante coclear no es como la audición natural, por lo que es MUY IMPORTANTE la reeducación logopédica para aprovechar la señal acústica que recibe el paciente implantado.